Por qué debes incluir la carne de vacuno en tu dieta, sobre todo si eres deportista
La cantidad ingente de información sobre salud que recibimos diariamente a veces no nos permite distinguir el grano de la paja, especialmente en el ámbito de la alimentación. Y si ya nos adentramos en el mundo de la carne roja, los falsos mitos difundidos en los últimos años han arrojado la sombra de la duda sobre un alimento esencial en nuestra dieta, que contiene importantes micronutrientes como hierro, zinc, selenio, potasio o vitaminas del grupo B y que ha ejercido un papel clave en la evolución de los seres humanos.
En el año 2010, la Dieta Mediterránea fue declarada Patrimonio de la Humanidad por «ser mucho más que una alimentación saludable y consolidarse como una cultura que propicia la interacción social, el respeto hacia la tierra y la biodiversidad, y la conservación de actividades tradicionales y artesanales vinculadas a la agricultura y a la pesca». En 2021, y por cuarta vez consecutiva, este tipo de alimentación ha sido elegida como la mejor del mundo según la lista elaborada por U.S. News & World Report, una organización en la que han participado 25 expertos en nutrición, diabetes, cardiología y obesidad de diferentes países.
Las bases de esta alimentación son el alto consumo de verduras, frutas y frutos secos, legumbres y cereales integrales, productos lácteos, aceite de oliva, pescado y… carne, incluida la carne roja como la de vacuno. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) el consumo de carne roja no debe superar los 500 gramos a la semana, de lo que se deduce, que es un alimento perfectamente compatible con una alimentación saludable: con la mejor dieta del mundo.
Existe más evidencia. Según la Guía sobre la Importancia de la Carne de Vacuno en la Alimentación de los Españoles, promovida por la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN), basándose en estudios científicos recientes, «la calidad nutritiva de la carne no solo deriva de su riqueza, sino también de su gran calidad biológica, ya que contiene todos los aminoácidos esenciales en proporciones similares a las requeridas para el desarrollo de los tejidos humanos».
Lo cierto es que sus beneficios son numerosos. La carne de ternera, añojo o vaca contiene una gran cantidad de hierro, de hecho es uno de los alimentos que más cantidad de este nutriente aporta. En este sentido, es importante tener en cuenta que el déficit de hierro es uno de los más habituales en todo el mundo. Pero además, teniendo en cuenta la crisis sanitaria que hemos vivido, hay que subrayar que aporta vitaminas B6 y B12. La vitamina B6 mejora el sistema inmune y acelera el metabolismo, así como la síntesis de la proteína con el fin de mejorar la salud física. Y la B12 desempeña un papel muy importante en la producción de glóbulos rojos.
En el caso de los deportistas, la carne de vacuno es una apuesta segura. La Universidad de Harvard, cuando publicó su famoso «método del plato» para una alimentación saludable, destacó la importancia de incluir en la dieta una adecuada ingesta de proteínas de alto valor biológico, que son las que contienen todos los aminoácidos esenciales. Especialmente en personas mayores, aquellos que llevan una vida sedentaria y en deportistas. Y precisamente la carne es uno de los alimentos que proporcionan proteínas de calidad en comparación con muchos alimentos vegetales. De hecho contribuye al óptimo desarrollo y mantenimiento de la masa muscular.
Pero no se acaba aquí. La carne de vacuno contiene abundante carnitina -un aminoácido que interviene en el correcto suministro de energía a las células-, potasio, que contribuye al funcionamiento normal del sistema nervioso, al funcionamiento normal de los músculos y al mantenimiento de la tensión arterial normal, y es una fuente importante de ácido linoleico, que puede acelerar la recuperación de los tejidos del cuerpo causada por un ejercicio excesivo, además de que contribuye al normal mantenimiento de colesterol en sangre, siempre con una adecuada combinación con alimentos que contengan omega 3.
Además, aporta sarcosina, un complemento dietético que juega un papel importante en la mejora y tonificación de los músculos, ya que puede suministrar una gran cantidad de energía. Y, por último, la carne de vacuno contiene zinc y magnesio. El zinc, por su función antioxidante, protege a las células del daño oxidativo y además ayuda a acelerar la síntesis de proteínas y el crecimiento de los músculos. El magnesio puede apoyar la síntesis de proteínas, mejorar la fuerza de los músculos y al funcionamiento normal del sistema nervioso.
Los expertos también hacen hincapié en la necesidad de la ingesta de carne roja en otros colectivos, como las mujeres en época fértil y en los niños, pues su aporte de ácidos grasos es fundamental para el desarrollo cerebral. Y es que, según la Organización Interprofesional de la Carne de Vacuno, PROVACUNO, se puede y se debe comer carne de vacuno en el marco de una dieta variada y equilibrada como nuestra saludable Dieta Mediterránea.